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Experiencias del acercamiento al sistema judicial norteamericano
Citar: elDial.com - CC536C
Copyright 2024 - elDial.com - editorial albrematica - Tucumán 1440 (1050) - Ciudad Autónoma de Buenos Aires - Argentina
Texto Completo
Experiencias del acercamiento al sistema judicial
norteamericano
Por
Sergio Montagna, Leandro Walker y Gustavo Martínez Urrutibehety
Bajo la promoción de la ADEAA y la organización de
la
Academia de Intercambio y Estudio Judiciales, tuvimos la oportunidad de
participar en Washington DC de un Seminario sobre Derecho de Seguros y
Actualidad Jurisdiccional de los Estados Unidos de Norte América.
La experiencia fue enriquecedora, tanto a partir
de los conocimientos
adquiridos, como por la posibilidad de comparación entre los sistemas
y, en
particular, por el intercambio jurídico-cultural. La delegación estaba
conformada por magistrados, en algunos casos de los máximos tribunales
provinciales, así como por asesores letrados de aseguradoras y
funcionarios del
organismo regulador de seguros a nivel nacional. Los interlocutores
norteamericanos fueron principalmente magistrados y profesores
dedicados a la
formación de jueces.
Existió un alto nivel de retroalimentación,
claramente
marcado por la excelencia de los anfitriones, pero acompañado por la
apertura y
experiencia de los visitantes: sinergia.
Más allá de la elevada impronta de tradición que
puede
generar una visita a la Corte Suprema de Justicia de los Estados
Unidos, el
enriquecimiento cultural con el que amenaza la Biblioteca del Congreso
y las
interesantes conferencias de magistrados y abogados americanos, los dos
hitos
de la excursión por los altos ámbitos forenses lo constituyeron las
visitas a
la Academia Nacional de Ciencias (National
Academy of Sciences) y al Centro Judicial Federal (Federal Judicial Center).
En el primero, fue posible tomar dimensión de la
vocación
de nutrir de principios, conocimientos y conclusiones científicas a las
decisiones judiciales. Existe una interacción muy importante. Desde las
diversas áreas científicas, se aportan guías y manuales para la gestión
de los
magistrados en la resolución de casos complejos. Naturalmente que ello
adquiere
especial relevancia en aquellos donde están en juego conocimientos y
descubrimientos
de última generación, particularmente en la comunicación y Big data.
En el segundo, quedó reflejado que la educación e
investigación para la judicatura (federal en este caso) constituye un
objetivo
programático, sustentado con fondos asignados directamente por el
Congreso.
La FJC brinda
la educación y capacitación de la judicatura y de los empleados de los
tribunales federales, además de coordinar los programas educativos para
los
abogados de oficio que representan a los acusados indigentes. Los
fiscales
federales son capacitados por el Departamento de Justicia (DOJ). Abundar sobre los diversos
programas de educación y
capacitación exceden el marco de este comentario.
En conclusión, se advierte que la independencia
entre los
poderes no sólo está declamada, sino que se pone en acto y se ejecuta a
través
de programas serios y concretos.
Que el conocimiento y la sabiduría se reflejan en
mayor
independencia y auténtico poder.
Trasladarlos a nuestro sistema tendrían utilidad
como motores
que alimenten esa búsqueda (mayor independencia y auténtico poder) en
el marco
nacional, donde la credibilidad del sistema judicial está en sus peores
niveles.
La calidad institucional, particularmente de la
Justicia,
es un compromiso y un beneficio para todos los grupos de interés. Ergo,
la
participación de sectores ajenos al Estado en la cándida generación de
recursos
a esos fines puede conformar un nuevo paradigma, disruptivo del
concepto de
independencia anterior.
Creemos, de todos modos, que ninguna tarea sería
fructífera si, más allá de la formación, educación y capacitación, no
existe
una vocación de involucramiento personal e inmediato de los jueces en
la
resolución de los entuertos. El juicio oral, en todos los fueros, con
la
intervención directa en lo que se denomina como “intercambio de
evidencia entre
las partes (el proceso de descubrimiento)”, se impone.
Jueces formados, jueces presentes, jueces
directamente
involucrados.
El término magistrado reconoce un origen
etimológico al
maestro, que no puede sino enseñar, gobernar, ejercer su autoridad y
exponer su
decisión, con su presencia y dedicación.
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